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viernes, 28 de noviembre de 2008

LE PEDIRÁS A LA TARDE QUE TE LLEVE.
Cuando agonice la tarde,
querrás abrazarla y rogarle que te lleve
y omita tu sufrimiento.
La hemofilia desbordó tus venas
y te vendieron un litro de sida sin pedirlo
ni una sórdida trasnochada -ni la intención-.
Mas tarde llegará tu viejita
ocultando su llanto entre los pliegues
de una tranquilidad ficticia,
llegará portando mucho amor
y un diario barato con los acontecimientos arrugados
-pero ni un solo reportaje a tu desgracia-.
Entonces tu dolor convocará nuevamente tus rencores
y las ganas de morirte,
de pedirle a la tarde que te envuelva
en sus luces agonizantes y te lleve.

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